Los data brokers son personas o entidades dedicadas a comprar, vender, almacenar o entregar nuestra información personal. Esto, obviamente, es de suma utilidad para las empresas, ya que se procesan millones de datos privados y hasta crean perfiles de cada uno de nosotros, recopilando datos privados en Internet. De esta forma, las organizaciones nos “conocen” más y pueden ofrecernos cosas de forma más personalizada cuando navegamos.
Gracias al Big Data, los data brokers pueden acceder a datos como información demográfica, preferencias sexuales, capacidad adquisitiva, rasgos de personalidad, entre muchas otras preferencias de cada persona. Estas entidades sacan información de muchísimas fuentes, y posteriormente los venden.
Lo más importante para ellos no es solamente la posesión de la información, sino la forma de procesarla, es decir, cómo agrupar los datos para la conformación de perfiles personales, para después pasar a ser parte de grandes bases de datos sin que lo sepamos.
Los riesgos de que nuestra información caiga en manos de data brokers
En caso de incumplir las regulaciones de tratamiento de datos, un data broker puede ser muy peligroso para la gente en cuanto a su privacidad, ya que los datos vendidos pueden caer en manos de un ciberdelincuente que podría usar nuestra información de la peor forma. Es más, mientras más sensible o privada sea la información que manejan los data brokers, más cotizada es por quien desea adquirirla. Muchas veces, la información entregada por cada uno de nosotros en la red carece de un real consentimiento, ya que no sabemos cuál será el paradero de los datos que estamos cediendo. La ética de las prácticas mencionadas depende de uso que se les da a los datos recibidos.
En definitiva, este tipo de cosas son de mucho cuidado y requieren que el usuario sea minucioso al momento de aceptar ciertos términos y condiciones en ciertos sitios web. De esta manera, podemos protegernos de mejor manera para que nuestros datos no le lleguen a quien los tome para hacer daño.